PROYECTO LECTOR

LECTURAS DE REFLEXIÓN PARA CADA SEMANA
(Tomadas de http://lecturasparacompartir.com y http://conciencia.net/)


SEMANA 1:  LA HISTORIA DEL CARPINTERO


Había una vez un viejo carpintero que, cansado ya de tanto trabajar, estaba listo para acogerse al retiro y dedicarle tiempo a su familia.
Así se lo comunicó a su jefe, y aunque iba a extrañar su salario, necesitaba retirarse y estar con su familia; de alguna forma sobrevivirían.
Al contratista le entristeció mucho la noticia de que su mejor carpintero se retiraría y le pidió de favor que si le podía construir una casa más antes de retirarse.
El carpintero aceptó la proposición del jefe y empezó la construcción de su última casa pero, a medida que pasa el tiempo, se dió cuenta de que su corazón no estaba de lleno en el trabajo.
Arrepentido de haberle dicho que sí a su jefe, el carpintero no puso el esfuerzo y la dedicación que siempre ponía cuando construía una casa y la costruyó con materiales de calidad inferior.
Esa era, según él, una manera muy desafortunada de terminar una excelente carrera, la cual le había dedicado la mayor parte de su vida.
Cuando el carpintero terminó su trabajo el contratista vino a inspeccionar la casa.
Al terminar la inspección le dió la llave de la casa al carpintero y le dijo: "Esta es tu casa, mi regalo para tí y tu familia por tanto años de buen servicio".
El carpintero sintió que el mundo se le iba...
Grande fue la verguenza que sintió al recibir la llave de la casa, su casa. Si tan sólo el hubiese sabido que estaba construyendo su propia casa, lo hubiese hecho todo de una manera diferente.
Así también pasa con nosotros. A diario construímos relaciones en nuestras vidas, y en muchas ocasiones ponemos el menor esfuerzo posible para hacer que esa relación progrese.
Entonces, con el tiempo es que nos damos cuenta de la necesidad que tenemos de esa relación.
Si lo pudiésemos hacer de nuevo, lo haríamos totalmente diferente. Pero no podemos regresar.
Tú eres el carpintero. Cada día martillas un clavo, pones una puerta, o eriges una pared.
Alguien una vez dijo: "La vida es un proyecto que haces tu mismo. Tus actitudes y las selecciones que haces hoy construyen la casa en la cual vivirás mañana". ¡Construye sabiamente!
Recuerda... trabaja como si no necesitaras el dinero; ama como ni nunca te hubiesen herido; baila como si nadie te estuviera observando...
Para el mundo tal vez tu seas una sola persona, pero para una persona tal vez tú seas el mundo...


SEMANA 2:  EL TREN DE LA VIDA



Hace tiempo. leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Una lectura extremadamente interesante, cuando es bien interpretada.
La vida no es más que un viaje en tren, repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos casos y de profundas tristezas en otros. Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas, las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje (nuestros padres).
Lamentablemente la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable.
No obstante, esto no impide que se suban otras personas que serán muy especiales para nosotros. Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores maravillosos.
De las personas que toman este tren, habrá también los que lo hagan como un simple paseo. Otros encontrarán solamente tristeza en el viaje. Y habrá otros que, circulando por el tren, estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite. Muchos al bajar, dejarán una añoranza permanente. Otros pasarán desapercibidos, que ni siquiera nos daremos cuenta que desocuparon el asiento.
Es curioso que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos. Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento. No importa; el viaje se hace de este modo: lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas… Pero nunca habrá regresos.
Entonces hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo mejor de ellos. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos. Nosotros también titubearemos y habrá alguien que nos comprenda.
El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos y mucho menos dónde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.
Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia… creo que sí.
Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje será doloroso. Dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron. Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.
Amigo mío, hagamos que nuestra estancia en este tren sea tranquila y que haya valido la pena.
Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que permanezcan en el viaje.
A tí, que eres parte de mi tren, te deseo un… ¡¡¡Feliz viaje!!!.


SEMANA 3:  TODOS SOMOS IGUALES



El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca. Lucas 6:45
En un pueblo, gobernaba un hombre famoso por sus abusos de autoridad y su desprecio hacia las clases más humildes. Con frecuencia hacía fiestas a las cuales invitaba sólo a la gente más acaudalada de la localidad, gente como él, indiferente a las necesidades de los pobres.
Un día llegó al pueblo el señor Freyman, un empresario muy rico, quien pensaba instalar una gran industria en el lugar, lo cual significaría un gran progreso y fuentes de trabajo para los lugareños. El mismo gobernador fué a recibir al empresario, le ofreció su casa y lo acompañó a ver el terreno.
Esa noche, ofreció una fiesta en su honor, en donde, como siempre se reuniría la crema y nata del pueblo.
Estaban en medio del banquete, cuando a un mozo se le cayó una bandeja con vasos, haciéndose trizas en el suelo, justo enfrente del gobernador y su invitado.
¡Pero que no te fijas imbécil?- le gritó el gobernador al muchacho, quien muy asustado procedió a recoger los vidrios. El hombre no cesó de insultarlo, hasta que terminó de recoger todo. El empresario se quedó observando la escena, muy conmovido y también indignado, pero lo disimuló.
Después que se hubo ido el muchacho, se dirigió al gobernador: - Señor gobernador...¿le puedo hacer una pregunta? - Por supuesto, mi estimado señor Freyman- respondió zalamero el gobernador. - ¿Si esos vasos se me hubieran caído a mí, qué hubiera pasado?, ¿me habría usted insultado como lo hizo con ese pobre muchacho?
El gobernador se turbó por la pregunta y respondió: - ¡Por supuesto que no señor Freyman, cómo cree! - ¿Y por qué no? También se hubieran roto los vasos. - Pero no es lo mismo...¡cómo iba yo a ofenderlo a usted! - Ah, ¿y por qué a ese muchacho sí? - Pues... es solo un indio... un desarrapado... - Es un ser humano, igual que usted, igual que yo- declaró firmemente el empresario. - ¡Pero cómo se va a comparar con nosotros ese pobre diablo! - Ese pobre diablo, como usted lo llama, merece respeto y consideración. El hecho de no poseer bienes, no hace a un hombre menos merecedor de estos.
Las palabras del empresario se escuchaban claras y decididas en el comedor, pues todos los invitados se habían quedado en silencio, asombrados, viendo como el gobernador, era avergonzado por su invitado de honor.
¡Ah que señor Freyman, me resultó usted predicador!- trató de bromear el gobernador, para disimular su malestar.
No, señor gobernador, estoy hablando muy en serio.
Bueno, pero no es para tanto jeje...
Pues quiero que sepa, que yo fuí como ese muchacho, yo servía mesas en la taberna de mi pueblo...
¿Pero cómo es posible?
Así es, señor gobernador. Yo vengo de una familia muy pobre, empecé a trabajar desde los doce años. No le voy a contar mi historia, pero quiero que sepa que porque he estado abajo, sé cómo se siente ser tratado como usted ha tratado a ese muchacho. Y una cosa le aseguro, yo soy la misma persona, ahora que tengo dinero, que cuando no lo tenía y eso, gracias a los valores que me enseñó mi madre. Porque el hombre no vale por lo que tiene, sino por lo que es. Hay muchos ricos que no valen nada y muchos pobres que valen oro. Todos nacemos igual: sin nada y todos morimos igual: sin nada. No importa si en este mundo fuimos ricos o pobres, cuando lo dejamos, nada material nos llevamos. Todos nos hemos de presentar ante Dios de la misma manera, para El somos todos iguales, así que si para El somos todos iguales, ¿quiénes somos nosotros para hacer diferencias?
El empresario terminó de hablar y calmadamente prosiguió con su cena, dejando a todos consternados y pensativos, especialmente el gobernador, quien esa noche había recibido la lección más grande de su vida.
Porque no hay acepción de personas para con Dios. Romanos 2:11

SEMANA 4:  «SESENTA SEGUNDOS»


Allá por 1974 se hizo una película famosa a la que tituló «Sesenta segundos». El título aludía a lo rápido y fácil que es robar un automóvil. En esa película, que le produjo una fortuna, Halicki, productor de Hollywood, hizo chocar noventa y tres automóviles, entre ellos cuarenta y ocho de la policía. Después de eso se especializó en choques de autos para el cine, creando toda una psicosis entre los espectadores.
En agosto de 1989 quiso filmar una segunda parte de «Sesenta segundos», con él de protagonista. Pero algo falló en el escenario, y una torre de acero, usada en la filmación, se desplomó y cayó sobre Halicki. Todo ocurrió en menos de sesenta segundos. Y en ese espacio de tiempo el hombre murió.
Poco antes de filmar esa última escena, recibió una llamada telefónica. «Siempre hay consecuencias cuando las cosas salen mal -le dijo un amigo-. Debes tener más cuidado.»
Impresionado por esa llamada, Halicki dijo: «Esta será mi última escena de choques.» En realidad lo fue. En menos de sesenta segundos pasó a la eternidad ese hombre talentoso de sólo cuarenta y ocho años de edad.
Correr riesgos por un poco más de dinero o un poco más de fama no es nada prudente. La muerte acecha en todas partes. La vida vale más que una hazaña. El valioso aliento de vida que Dios nos ha dado vale más que cualquier cantidad de dólares.
No sólo en sesenta segundos, sino en un segundo, puede terminar nuestra vida terrenal de modo que pasemos a la eternidad. Y en la eternidad nos encontraremos con Dios, Creador nuestro y Juez Supremo de todas nuestras acciones.
Pero también podemos, en menos de sesenta segundos, arrepentirnos de nuestros pecados, recibir a Cristo como Señor y Salvador. Esa decisión, tomada en menos de un minuto, nos da vida abundante y eterna, vida ahora y para siempre.


SEMANA 5:  «MIS GALLETAS»



Una chica estaba aguardando su vuelo en una sala de espera de un gran aeropuerto. Como debía de esperar un largo rato, decidió comprar un libro y también un paquete con galletitas. Se sentó en una sala del aeropuerto para poder descansar y leer en paz.
En el asiento de enmedio, se ubicó un hombre que abrió una revista y empezó a leer.  Entre ellos dos, quedaron las galletitas.
Cuando ella tomó la primera, el hombre también tomó una.  Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Apenas pensó: "¡Qué descarado; si yo estuviera más dispuesta, hasta le daría un golpe para  que nunca más se olvide!".
Cada vez que ella tomaba una galletita, el hombre también tomaba una.  Aquello la indignaba tanto que no conseguía concentrarse ni reaccionar.
Cuando  quedaba apenas una galletita, pensó: "¿Qué hará ahora este abusador?".
Entonces, el hombre dividió la última galletita y dejó una mitad para ella.
¡Ah, no!...Aquello le pareció demasiado. Se puso a bufar de la rabia.  Cerró su libro y sus cosas y se dirigió al sector del embarque.  Cuando se sentó en el  interior del avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su  paquete de galletitas... intacto, y cerradito.
¡Sintió tanta vergüenza! Sólo entonces percibió lo equivocada que estaba. ¡Había olvidado que sus galletitas estaban guardadas dentro de su bolso!
El hombre había compartido las suyas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado. Y ya no había más tiempo ni posibilidades para explicar o pedir disculpas.
Pero sí para razonar:

¿Cuántas veces en nuestra vida sacamos conclusiones cuando debiéramos observar mejor?

¿Cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las personas?
Y recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:
1.- Una piedra, después de haber sido lanzada.

2.- Una palabra, después de haber sido proferida.

3.- Una oportunidad, después de haberla perdido.

4.- El tiempo, después de haber pasado.


SEMANA 6:  «PAN CON MANTEQUILLA»


Los adultos siempre se están quejando por todo. Mi papá anoche se quejaba porque nos habían subido la renta y ya no le alcanzaba para pagar las cuentas. Mi mamá lloraba. Mis hermanos y yo, los observábamos desde las escaleras. Siempre se quejaban de nuestra pobreza y nuestras carencias.
- No veo que nos falte nada, tenemos una casa, una cama, agua y comida...- dijo mi hermano Juan. 

- Es verdad- respondió mi hermana Blanca. Así, convencidos de tener la razón, nos fuimos a la habitación. Nos subimos los tres a nuestra única cama y nos acostamos.

El frío se colaba por las rendijas de las paredes de madera, pero gracias a Dios, juntos nos calentábamos unos a otros. Eso era bueno. Después empezó a llover y tuvimos que poner recipientes donde caían las goteras, pero gracias a Dios, no caían goteras sobre nuestra cama y eso era bueno también.
A la mañana siguiente, bajamos a desayunar. Mamá dijo que solo había pan con mantequilla. Ella me miraba con tristeza y le pregunté:
- Mamá, ¿por qué estás triste? 

- Porque quisiera tener algo más para darles de desayunar. 

- ¡Pero si a mí me encanta el pan con mantequilla, mamá!- ella sonrió dulcemente- y me lo comí hasta la última migaja.

Nos fuimos a la escuela y pasamos por un charco que había quedado de la lluvia y se nos metió el agua en nuestros zapatos rotos. Nos reímos despreocupadamente y seguimos nuestro camino. En el recreo, todos los demás niños llevaban sus frutas y sandwiches para comer, nosotros no llevábamos nada, pero qué bueno, porque así tendríamos más hambre al llegar a casa y nos comeríamos todo lo que mamá nos diera.
Salimos de la escuela y nos fuimos corriendo a casa. Teníamos mucha hambre.  Llegamos directito a la mesa (después de lavarnos las manos). Mamá nos dijo muy triste, que lo único que había para comer, era pan con mantequilla.
- ¡Qué rico mamá!- y mis hermanos y yo, lo comimos felices y contentos.
Después de que hicimos la tarea, salimos a jugar. Nos divertimos mucho imaginando que los charcos eran grandes océanos y el lodo, montañas que subíamos y bajábamos con facilidad.
Llegó la hora de la cena y pude notar que mamá lloraba, al servirnos pan con mantequilla nuevamente. Entonces le dije:- Mamá, no estés triste, si a nosotros nos gusta el pan con mantequilla-  mis hermanos asintieron y esa noche comimos nuestros panes con mantequilla con más ganas que nunca, para que ella viera lo felices que estábamos. Después nos fuimos a acostar y agradecimos a Dios por aquel día tan estupendo y por el delicioso pan con mantequilla.
¡Ay quien viera la vida como un niño!. Habría menos personas infelices en el planeta. Estamos inmersos en un mundo tan materialista, que no somos felices si no tenemos lo que se anuncia en la televisión, queremos tener la ropa de última moda, queremos auto último modelo, queremos tener lo último en tecnología...Codiciamos, anhelamos, envidiamos, y no nos damos tiempo para vivir y disfrutar lo que realmente vale la pena.
Los niños saben disfrutar el momento, saben usar su imaginación y encontrarle gusto a la vida. Saben disfrutar un pan con mantequilla como el mejor de los manjares, porque no están pensando en que otros tienen otras cosas mejores para comer. Saben disfrutar de un juego con solo lodo, porque no están pensado en que otros tienen juguetes de verdad. Saben encontrar lo positivo a todo.Saben encontrar lo divertido aun teniendo los zapatos rotos...
Reencontremos esa alegría de vivir de la niñez, disfrutando todo lo que Dios nos da, sin estar pensando en lo que tienen otros. Aprendamos a tomar solo lo bueno de la vida y a saborearla, aunque solo tengamos pan con mantequilla para comer. De nosotros depende convertirlo en un manjar.

SEMANA 7:  «PANTALONES MOJADOS»


Un niño de nueve años está ubicado en su pupitre y, de repente, hay un charco a sus pies y la parte de adelante de sus pantalones esta mojada.   Piensa que su corazón se va a detener porque no puede imaginarse cómo ésto pudo haber sucedido.
Nunca antes le había pasado. Y sabe que cuando los niños se den cuenta no habrá final.  Cuando las niñas se den cuenta, no volverán a hablarle mientras viva.
El niño piensa que su corazón se va a detener; agacha la cabeza y dice esta oración: 

“¡Querido Dios, esta es una emergencia! ¡Necesito tu ayuda ahora! ¡Dentro de cinco minutos estoy muerto!”

Al levantar la cabeza despues de su oración ve venir a la maestra con una mirada que dice que ha sido descubierto.  Mientras la profesora camina hacia él, una compañera de nombre Susie va cargando un pez dorado en un acuario lleno de agua.  Susie se tropieza frente a la profesora e inexplicablemente derrama toda el agua en el regazo del muchacho.
El niño aparenta estar enojado, pero al mismo tiempo esta diciendo dentro de si: “Gracias, Señor! Gracias, Señor!”'
Ahora, de repente, en lugar de ser ridiculizado, el niño es objeto de simpatía. La profesora lo lleva rapidamente abajo y le hace poner unos shorts de gimnasia mientras se secan sus pantalones.  Todos los otros niños están arrodillados limpiando alrededor de su pupitre. La simpatía es maravillosa.
Pero como así es la vida, el ridículo que le habría tocado enfrentar fue pasado sobre alguien más: Susie. Ella trata de ayudar, pero le dicen que se quite: 'Has hecho suficiente, torpe!’
Al final de la jornada, mientras están esperando el bus, el niño se dirige a Susie y, en un murmullo dice:  “Lo hiciste a propósito, verdad?”
Susie le responde, también en un murmullo: “Yo tambien mojé mis pantalones una vez”.
Que Dios nos ayude a ver las oportunidades de hacer bien y de ser solidarios con los que estan alrededor nuestro.

SEMANA 8:  «HUELLAS QUE NOS CONDENAN»


Guillermo de Palma salió del trabajo y se encaminó hacia su hogar. Era casado y tenía tres hijas. Al acercarse a la casa, vio varios automóviles parados frente a ella. Primero pensó que eran vendedores, pero luego se dio cuenta de que eran varios hombres que empuñaban pistolas.
Antes que pudiera reaccionar, los hombres lo rodearon y le dieron una orden de arresto.
—¿Qué pasa? ¿Qué están haciendo? —les preguntó entre espantado y asombrado.
—Se le acusa de haber asaltado y robado el Banco Mercury de Buena Park —le contestaron.
Atado y esposado, Guillermo apenas pudo despedirse de su esposa e hijas. Lo hicieron subir a uno de los autos y lo llevaron a la cárcel.
Posteriormente comenzó un largo juicio. Había una sola evidencia contra él. En unos papeles que se hallaron en el banco después del robo, aparecía una huella digital que era la de él. De Palma aseguró, gritó, clamó mil veces que era inocente, pero la evidencia era irrefutable. Esa huella digital era indiscutiblemente suya. Así que lo condenaron a quince años de prisión.
Guillermo de Palma nunca dejó de luchar por demostrar su inocencia. En dos años gastó más de veinte mil dólares. Eran todos sus ahorros más el dinero que le prestaron algunos amigos. Por fin, tras tanto luchar, un detective privado pensó que tal vez había habido una falsificación de huellas digitales, algo nunca antes ocurrido en la historia del crimen.
El detective pasó meses buscando pruebas y haciendo peritajes, hasta que descubrió que cierto individuo, pagado por los verdaderos ladrones, había falsificado hábilmente las huellas digitales de Guillermo. El caso fue examinado minuciosamente y la inocencia de Guillermo de Palma quedó plenamente demostrada, así que el juez ordenó que lo pusieran en libertad.
¡Qué asombrosas son las huellas digitales! Ellas nos delatan, nos incriminan y nos condenan. Pero hay otras huellas que también nos condenan. Son las huellas del pecado del alma, y de éstas todos somos culpables. ¿Quién aboga por nosotros? ¿Quién defiende nuestra causa?
Para la gran culpa del pecado hay un defensor seguro. Él no nos defiende con palabras. Su defensa es su misma vida. Él pagó con su sangre el precio de nuestra libertad. Entreguémosle nuestra causa al Hijo de Dios. Todo ya está pagado. Sólo tenemos que decirle: «¡Gracias, Señor Jesucristo!»
SEMANA 9:  «MI PERRO FIEL»


Una pareja de jóvenes tenía varios años de casados y nunca pudieron tener un hijo.
Para no sentirse solos compraron un cachorro y lo amaron como si fuera su propio hijo. El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso ejemplar. El perro los salvó en más de una ocasión de ser atacados por ladrones.
Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro.
Luego de siete años de tener el perro, la pareja logró tener el hijo tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro, Éste se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebé; ya no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.
Un día la pareja dejó al bebé plácidamente dormido en la cuna y subieron a la terraza a preparar una carne asada. Cual no fue la sorpresa cuando se dirigían al cuarto del bebé y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola. El dueño del perro pensó lo peor y sacó el arma que llevaba y en el acto mató al perro.
Corre luego al cuarto del bebé y encuentra una gran serpiente degollada. El dueño comienza a llorar y exclamar:
¡He matado a mi perro fiel!.
Cuántas veces hemos juzgado a las personas, lo que es peor, condenamos sin investigar a qué se debe su comportamiento. Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario.
La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien, recordemos la historia del perro fiel.
Aprenderemos a no levantar falsedades contra una persona, hasta el punto de dañar su imagen ante los demás. Debemos darnos cuenta que los sentimientos de las personas son frágiles y fáciles de dañar, pero difíciles de sanar.

SEMANA 10:  «LA JARRA DE MAYONESA Y DOS TAZAS DE CAFE»




Cuando las cosas que suceden en nuestra vida se ven como si fueran demasiadas como para tenerlas en control al mismo tiempo, cuando 24 horas en un dia no son suficientes, entonces recuerda la jarra de mayonesa y las dos tazas de café.
Ante sus alumnos de filosofía, un profesor traía consigo varios objetos.  En su discurso, el les mostró una jarra de mayonesa muy grande y vacía y la llenó con pelotas de golf.  Luego le preguntó a sus alumnos si la jarra estaba llena.  Ellos asintieron.
Entonces el profesor tomó una caja de piedras y las echó también dentro de la jarra.  Agitó con cuidado la jarra.  Las piedras rodaron en las áreas abiertas que había entre las pelotas de golf.  De nuevo les preguntó a sus estudiantes si la jarra estaba llena.  Por segunda vez, todos estuvieron de acuerdo.
Después, el profesor tomó una caja de arena y la vertió en la jarra.  Como ya podrán imaginarse, la arena se deslizó por todos los huecos que había aún.  El les preguntó una vez más si la jarra estaba llena.  Los estudiantes despondieron al unísono “¡sí!”
El profesor entonces sacó dos tazas de café de debajo de la mesa y vertió su entero contenido en la jarra llenando efectivamente el espacio entre la arena.  Los estudiantes rieron.
“Ahora,” dijo el profesor mientras las risas continuaban, “Quiero que reconozcan que esta jarra representa su vida.  Las pelotas de golf  representan las cosas más importantes de su vida: Su familia, sus hijos, su salud, sus amigos y sus pasiones favoritas – y si todo lo demás desaparecieran y sólo quedaran las pelotas de golf, su vida aún estaría llena.”
“Las piedras son las otras cosas que importan tal como su trabajo, su casa y su carro.”
“La arena es todo lo demás: las cosas pequeñas.  Si tú pones la arena en la jarra en primer lugar, no habrá espacio por las pelotas de golf o las piedras.  Lo mismo sucede con tu vida.  Si su dedicas todo tu tiempo y energía en las cosas pequeñas nunca tendrás tiempo para las cosas verdaderamente importantes para tí.”
“Pon atención a las cosas que son críticas para tu felicidad.  Juega con tus hijos.  Date el tiempo para hacerte exámenes médicos.  Invita a tu esposa a cenar.  Siempre habrá tiempo para limpiar la casa y sacar la basura.  Cuida tus pelotas de golf primero, son las cosas que realmente importan.  Pon tus prioridades.  ¡El resto es sólo arena!”
Uno de los estudiantes levantó su mano y le preguntó al maestro que representaba el café.  El profesor sonrió.  “Es justo lo que estaba esperando que preguntaras”.
“Su significado es que no importa que tan llena tu vida parezca estar, siempre habrá espacio para un par de tazas de café con un amigo”.

SEMANA 11:  «LA BOTELLA»



Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed.  Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techo.  El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde 

acomodarse para protegerse del calor y el sol del desierto.

Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada.  Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía.
Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la 

limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía: "Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes 

de marchar".
El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua... ¡llena de agua! De pronto, se 

vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada. ¿Qué debiera hacer? ¿Derramar el 

agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca... o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje?
¿Debía perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo atrás?
Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba comenzó a 

rechinar, pero ¡ nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de 

agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia... Agua fresca, cristalina.
Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase:
"Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente".
Hay muchas lecciones que podemos extraer de esta historia. Muchas veces tenemos miedo de iniciar un 

nuevo proyecto porque demandará una gran inversión de tiempo, recursos, preparación y conocimiento. Muchos 

se quedan parados satisfaciéndose con los resultados mediocres, cuando podrían lograr grandes victorias.
Muchas veces tenemos grandes oportunidades que se nos presentan en la vida y que pueden ayudarnos a ser 

mejores personas o pueden abrirnos puertas nuevas que nos conducen a un mundo mejor... pero tememos... no 

confiamos.
La vida es un desafío, ¿por qué no nos arriesgamos?, ¿por qué no creemos? El tren pasa algunas veces por nuestra vida cargado de cosas... podemos arriesgarnos y subir... o dejarlo pasar... ¿Y si no vuelve? ¿Y si esa oportunidad que hoy dejamos pasar no se repite?

SEMANA 12:  «LA MAYOR DICHA»



La niña, bien vestida, contemplaba con gran entusiasmo las muñecas que había en la tienda. En una de sus manitas tenía un rollo de billetes. Al ver una muñeca que le gustaba, se daba vuelta y le preguntaba a su padre si tenía suficiente dinero para comprarla. A pesar de que él le contestaba que sí, ella seguía buscando hasta encontrar otra que le llamaba la atención, y volvía a preguntarle:
—Papi, ¿tengo suficiente dinero para comprar ésta?
Mientras la niña se entretenía buscando la muñeca perfecta, un niño entró en la tienda y comenzó a observar los juguetes que había al otro lado del pasillo. Su ropa estaba bien cuidada pero gastada, y su abriguito le quedaba muy apretado. Al igual que la niña, él llevaba dinero en la mano, pero no pasaba de unos cinco dólares.
A él también lo acompañaba su padre. Cada vez que lo cautivaba uno de los juegos de video, su padre meneaba la cabeza, dándole a entender que no le convenía eso.
Al fin la niña escogió la muñeca que más le gustó, una que se veía tan elegante que seguramente sería la envidia de todas las niñas de la cuadra. En eso se dio cuenta de la conversación que sostenían el otro padre y su hijo. El niño, cabizbajo y desilusionado porque no podía comprar ninguno de los juegos de video, había escogido un álbum de colección de postales. Luego se encaminó con su padre a otro pasillo, alejándose así de la niña, que había visto lo ocurrido.
La niña volvió a poner la muñeca selecta en el estante y corrió adonde estaban los juegos de video. Con renovado entusiasmo escogió uno que estaba encima de los demás, le dijo algo a su padre y se dirigió a toda prisa hacia la caja registradora para hacer su compra. Cuando el niño y su padre hicieron cola detrás de ella, la niña no pudo disimular el placer que sentía.
Tan pronto como la cajera le entregó el paquete de la compra, la niña se lo devolvió y le dijo algo al oído. La cajera sonrió y colocó el paquete debajo del mostrador. Luego atendió al niño y le dijo:
—¡Felicitaciones! ¡Eres mi cliente número cien y te has ganado un premio!
Dicho esto, le entregó el juego de video al niño, quien no pudo hacer más que mirarlo incrédulo.
—¡Es precisamente lo que quería! —exclamó.
La niña y su padre fueron testigos de esta emocionante escena desde la puerta de la tienda. En el rostro de la pequeña se dibujaba una sonrisa de oreja a oreja. Al salir del almacén, su padre le preguntó por qué lo había hecho.
—¿No es cierto, papi, que mi abuelito y mi abuelita me dijeron que comprara algo que me hiciera muy feliz? —le contestó la niña.
—¡Claro que sí, hija mía!
—Bueno, ¡pues eso es lo que acabo de hacer! 
Así como aquella niña, todos tenemos suficiente como para darle a alguna persona necesitada, aunque no sea más que comprensión y cariño. Ese es el espíritu que agrada a Dios en toda ocasión en que damos y recibimos regalos. Más vale que aprendamos de su Hijo Jesucristo, el autor del refrán que es la moraleja de esta historia, que de veras «Hay más dicha en dar que en recibir.»
SEMANA 13:  «LA FLOR»



Mi madre siempre contaba una historia así:
Había una joven muy rica, que tenía de todo, un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba muchísimo bien, una familia unida. 

Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siempre estaba deficitaria en algún área.
Si el trabajo le consumía mucho tiempo, ella lo quitaba de los hijos, si surgían problemas, ella dejaba de lado al marido... Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después. 

Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: Una flor carísima y rarísima, de la cual sólo había un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo:
- Hija, esta flor te va a ayudar mucho, ¡mas de lo que te imaginas! Tan sólo tendrás que regarla y podarla de vez en cuando, y a veces conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y esas maravillosas flores.
La joven quedó muy emocionada, a fin de cuentas, la flor era de una belleza sin igual.
Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor.  Ella llegaba a casa, miraba la flor y las flores todavía estaban allá, no mostraban señal de flaqueza o muerte, apenas estaban allá, lindas, perfumadas.
Entonces ella pasaba de largo.
Hasta que un día, sin más ni menos, la flor murió. Ella llegó a casa ¡y se llevó un susto! Estaba completamente muerta, sus raíz estaba reseca, sus flores caídas y sus hojas amarillas.
La joven lloró mucho, y contó a su padre lo que había ocurrido. Su padre entonces respondió:
- Yo ya me imaginaba que eso ocurriría, y no te puedo dar otra flor, porque no existe otra flor igual a esa, ella era única, al igual que tus hijos, tu marido y tu familia. Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero tú tienes que 

aprender a regarlos, podarlos y darles atención, pues al igual que la flor, los sentimientos también mueren.
Te acostumbraste a ver la flor siempre allí, siempre florida, siempre perfumada, y te olvidaste de cuidarla.
¡Cuida a las personas que amas!
Acuérdate siempre de la flor, pues las Bendiciones del Señor son como ella, Él nos da, pero nosotros tenemos que cuidar. 

SEMANA 14:  «EL COFRE DE VIDRIOS ROTOS»


Erase una vez un anciano que habia perdido a su esposa y vivia solo. Habia trabajado duramente como sastre toda su vida. Pero los infortunios lo habian dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podia trabajar.
Las manos le temblaban tanto que no podia enhebrar una aguja, y la visión se le había enturbiado demasiado para hacer una costura recta. Tenía tres hijos varones, pero los tres habían crecido y se habían casado, y estaban tan ocupados con su propia vida que solo tenian tiempo para cenar con su padre una vez por semana.
El anciano estaba cada vez mas débil, y los hijos lo visitaban cada vez menos.
-No quieren estar conmigo ahora -se decia- porque tienen miedo de que yo me convierta en una carga.
Se paso una noche en vela pensando que seria de el y al fin trazo un plan.
A la mañana siguiente fue a ver a su amigo el carpintero y le pidio que le fabricara un cofre grande. Luego fue a ver a su amigo el cerrajero y le pidio que le diera un cerrojo viejo. Por último fue a ver a su amigo el vidriero y le pidio todos los fragmentos de vidrio roto que tuviera.
El anciano se llevo el cofre a casa, lo lleno hasta el tope de vidrios rotos, le echo llave y lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a cenar, lo tocaron con los pies.
-¿Qué hay en ese cofre? preguntaron, mirando bajo la mesa. -Oh, nada -respondio el anciano-, solo algunas cosillas que he ahorrado.
Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Lo patearon y oyeron un tintineo. -Debe estar lleno con el oro que ahorro a lo largo de los años -susurraron.
Deliberaron y comprendieron que debìan custodiar el tesoro. Decidieron turnarse para vivir con el viejo, y asi podrían cuidar tambien de él. La primera semana el hijo menor se mudo a la casa del padre, y lo cuido y le cocino. A la semana siguiente lo reemplazo el segundo hijo, y la semana siguiente acudio el mayor. Así siguieron por un tiempo.
Al fin el anciano padre enfermo y fallecio.
Los hijos le hicieron un bonito funeral, pues sabian que una fortuna los aguardaba bajo la mesa de la cocina, y podian costearse un gasto grande con el viejo. Cuando termino la ceremonia, buscaron en toda la casa hasta encontrar la llave, y abrieron el cofre. Por cierto, lo encontraron lleno de vidrios rotos.
-Que triquiñuela infame! -exclamo el hijo mayor-. Que crueldad hacia sus hijos!
-¿Pero, que podia hacer? -pregunto tristemente el segundo hijo-.Seamos francos. De no haber sido por el cofre, lo habriamos descuidado hasta el final de sus dias.
-Estoy avergonzado de mi mismo -sollozo el hijo menor-. Obligamos a nuestro padre a rebajarse al engaño, porque no observamos el mandamiento que el nos enseño cuando eramos pequeños. Pero el hijo mayor volco el cofre para asegurarse de que no hubiera ningun objeto valioso oculto entre los vidrios. Desparramo los vidrios en el suelo hasta vaciar el cofre. Los tres hermanos miraron silenciosamente dentro, donde leyeron una inscripcion que el padre les habia dejado en el fondo: "Honrarás a tu padre y a tu madre" 


SEMANA 15:  «EL CERDO Y LA CERDA»



Había una vez un hombre que tenia una cabaña en las montaña y una 4x4 para llegar alli.Cada sábado por la mañana el hombre conducía hasta su cabaña por un peligroso camino de curvas cerradas ,abismos sin vallas protectoras y engañosos virages.
Pero a este hombre no le molestaba el peligro. Después de todo tenia un magnifico auto, era un excelente conductor, y conocía el camino como la palma de su mano.
Una hermosa mañana de sábado, el hombre se dirigía a su cabaña, al aproximarse a una de sus curvas favoritas redujo la velocidad, hizo los cambios, y piso el freno preparándose para la curva que se encontraba a unos cincuenta metros. De repente, del otro lado de la curva surgió un auto casi fuera de control. El auto estuvo a punto de caer en el abismo pero en él ultimo segundo su conductor consiguió ponerlo de nuevo en el camino, el auto avanzaba zigzagueando.
¡Dios mío ¡, pensó, ¡va a chocar conmigo!, de modo que el hombre redujo la velocidad hasta casi detener su 4x4.
El auto se abalanzo sobre el estrepitosamente. Justo cuando estaba a punto de golpearlo, en él ultimo momento, se desvió bruscamente hacia su carril.
Al pasar junto a el una hermosa mujer asomo su cabeza por la ventanilla y le grito a todo pulmón: "Cerdo!!!".
¿Que?, Pensó él. ¿Cómo se atreve a llamarme así? ¡Él estaba exasperado por el insulto! . De manera que instantáneamente grito: "Cerda!!!" ,Mientras ella continuaba su camino.
 "Yo estaba en mi línea!!! Era ella la que venia de un lado a otro!", rezongo. Luego comenzó a controlar su ira; sonrió y sé sintió complacido por su pronta y aguda respuesta. "LE DI SU MERECIDO", pensó muy altivo.
 Acto seguido, piso el acelerador a fondo, tomo velocidad alrededor de esa ciega curva......! y se estrello con el cerdo!
 MORALEJA:
En el mundo en que vivimos hoy en dia, estamos acostumbrados a recibir malas noticias, palidas y solo negativas. Y es tanto el acostumbramiento que sin darnos cuenta mas veces de lo que creemos, prejuzgamos casi todo el tiempo. es como si estuvieramos automatizados a responder ante una "critica" un "insulto". Bueno seria que en vez de responder enseguida, analicemos un poco mas la situacion
EL EXITO ES LA CONJUNCION DE LA PREPARACION Y LA OPORTUNIDAD.....¿USTED PODRA DISTINGUIR LA PROXIMA VEZ QUE LE MUESTREN UNA OPORTUNIDAD ?.....O SOLO PENSARA QUE LO ESTAN AGREDIENDO.....

SEMANA 16:  «GALERIA DE TRAJES».


Poseía un guardarropa sumamente nutrido. En amplios roperos y vestidores se alineaban 29 trajes de calle, todos de última moda y de las telas más costosas, 15 sacos de sport de los cortes más sensacionales, 110 camisas de todas las telas imaginables desde la popelina inglesa hasta la batista italiana, y desde la seda china hasta el hilado de Filipinas.
También era dueño de 30 pares de pantalones, 15 trajes de baño y 18 pares de zapatos y botas. Con tal derroche de prendas de vestir no era extraño que Arturo McFadden, corredor de bienes raíces de Miami, Florida, Estados Unidos, se declarara en quiebra. Debía 79 millones de dólares y poseía, en caja, apenas 1.490 dólares.
En la declaración de quiebra, McFadden solicitó al juez que le permitiera conservar su guardarropa porque, según decía él: «Un hombre de mi categoría no puede vestir con menos.» Pero el juez, examinando su ficha y sus antecedentes, concluyó filosóficamente: «A este ciudadano el traje que mejor le queda es el de presidiario.»
¡Hay tantas personas que viven pendientes de lo que visten! Para ellas lo más importante es la ostentación exterior y lo que exhibe la fachada para deslumbrar a los demás con un traje inmaculado, una camisa impecable y una corbata insuperable. ¡Y en el primer momento esa apariencia cómo engaña y cautiva la vista de la gente desprevenida! Bien dice la Biblia: «La gente se fija en las apariencias» (1 Samuel 16:7).
Dios, sin embargo, ve lo que está en el corazón. Cuando Dios mira el corazón del individuo, lo ve tal cual es: desnudo, pobre, débil, enfermo y cargado de malicia. Y cuando mira el alma del hombre perdido, la ve desnuda de su inocencia, despojada de su gloria, privada de su rectitud y hueca de su virtud.
Para ese individuo desnudo y mal vestido que es el hombre en su interior, Dios ha provisto a Cristo para que Él lo cubra con su gloria y lo libre de la vergüenza de andar moralmente andrajoso y harapiento. El apóstol Pablo dice: «Revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa» (Romanos 13:14).
¿Cómo podemos hacerlo? Pidiéndole en oración a Cristo que nos cambie y nos transforme por completo. De hacerlo así, Él contestará nuestra oración y nos hará conforme a su imagen y semejanza.

SEMANA 17:  «VIVIR CON ILUSION»


Unos obreros estaban picando piedra frente a un enorme edificio en construcción. Se acercó un visitante a uno de los obreros y le preguntó:
¿Qué están haciendo ustedes aquí?
El obrero lo miró con dureza y le respondió:
- ¿Acaso usted está ciego para no ver lo que hacemos? Aquí, picando piedras como esclavos por un sueldo miserable y sin el menor reconocimiento. Vea usted ese mismo cartel. Allá ponen los nombres de ingenieros, arquitectos, pero no ponen los nuestros que somos los que trabajamos duro y dejamos en la obra el pellejo.
El visitante se acercó entonces a otro obrero y le preguntó lo mismo.
-Aquí, como usted bien puede ver, picando piedra para levantar este enorme edificio. El trabajo es duro y está mal pagado, pero los tiempos son difíciles, no hay mucho trabajo y algo hay que hacer para llevar la comida a los hijos.
Se acercó el visitante a un tercer obrero y una vez más le preguntó lo que estaba haciendo. El hombre le contestó con gran entusiasmo:
-Estamos levantando un Hospital, el más hermoso del mundo. Las generaciones futuras lo admirarán impresionados y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias, anunciando el auxilio de Dios para los hombres. Yo no lo veré terminado, pero quiero ser parte de esta extraordinaria aventura.
El mismo trabajo, el mismo sueldo, la misma falta de reconocimiento; una misma realidad.
Tres maneras distintas de vivirla: como esclavitud; como resignación; como pasión, aventura y desafío.
Piensa que el mundo es un infierno y lo será.
Piensa que este mundo es parte del paraíso y lo será.
Vivir con ilusión, convertir el trabajo en una fiesta sentirnos parte de las buenas obras.... De tí depende!

SEMANA 18:  «¿Y TU QUE ERES, ZANAHORIA, HUEVO O CAFE? »


Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar.
Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo.  Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego 
 fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo.
En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un bowl. 
Sacó los huevos y los colocó en otro bowl.  Coló el café y lo puso en un tercer bowl.
Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?"
"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias.  Ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. 
 Luego le pidió que probara el cafe.  Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, Padre?" El le explicó que los tres elementos habian enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.  La zanahoria llegó al agua fuerte y dura.  Pero después de pasar por el agua hirviendo se había 
 vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil.  Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?. 
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?"
¿Y cómo eres tú?
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero, que cuando la adversidad y el dolor te tocan , te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Es decir, poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te sigues viendo igual, pero eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor.  Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.  Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

SEMANA 19:  «EL ARBOL DE MANZANAS »


Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope, comía sus manzanas y tomaba una siesta bajo su sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño.
Paso el tiempo y el pequeño niño creció y él nunca mas volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un día el muchacho regreso al árbol y escucho que el árbol le dijo triste: “ Vienes a jugar conmigo?” .... Pero el muchacho contesto “ya no soy el niño de antes que juega alrededor de enormes arboles” lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos. “Lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero...... pero te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas, de esta manera tu obtendrás el dinero para tus juguetes, y el muchacho se sintió muy feliz, tomo todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz. Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste.
Tiempo después, el muchacho regreso y el árbol se puso feliz y le preguntó: “Vienes a jugar conmigo?.....” no tengo tiempo para jugar debo de trabajar para mi familia, necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos, puedes ayudarme? .........lo siento, pero no tengo una casa, pero........ tu puedes cortar mis ramas y construir tu casa”. El joven corto todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el joven nunca mas volvió.......desde esa vez el árbol volvió a estar triste y solitario.
Cierto día de un cálido verano, el hombre regreso y el árbol estaba encantado.
¿Vienes a jugar conmigo?........volvió a preguntar el árbol. El hombre contestó: “Estoy triste y volviéndome viejo, quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?....”el árbol contesto: usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz”. El hombre corto el tronco y construyo su bote, luego se fue a navegar por un largo tiempo.
Finalmente regresó después de mucho tiempo y el árbol le dijo, lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte, no siquiera manzanas........el hombre replicó: No tengo dientes para morder; ni fuerza para escalar...... por ahora ya estoy viejo.
Entonces el árbol con lagrimas en sus ojos le dijo: realmente no puedo darte nada, la única cosa que me queda son mis raíces muertas. Y el hombre contesto yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar, estoy tan cansado después de tantos años. Bueno las viejas raíces de un árbol, son el mejor lugar para recostarse y descansar, ven siéntate conmigo y descansa, el hombre se sentó junto al árbol y este feliz y contento sonrió con lagrimas.
Esta es la historia de cada uno de nosotros, el árbol son nuestros padres, cuando somos niños, los amamos y jugamos con mama y papa....... cuando crecemos los dejamos. solo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas, no importa lo que sea, ellos siempre están ahí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Tu puedes pensar que el muchacho es cruel contra el árbol, pero es así como nosotros tratamos a nuestros padres.....

SEMANA 20:  «MÁS ALLÁ DE LAS CICATRICES»


Carlos Phillips se casó con la muchacha más linda de su pueblo. Para su luna de miel se embarcó con ella en un hermoso yate. Habían transcurrido sólo cuatro días de viaje cuando hubo un horrible incendio. La conflagración fue de tales proporciones que muchos murieron y otros sufrieron graves quemaduras. El yate se hundió, pero algunos lograron salvarse en los botes salvavidas. Uno de ellos fue Carlos Phillips. Lamentablemente no se supo nada de su esposa.
El dolor y la tristeza embargaron el corazón de Carlos, pero tuvo que aceptar su suerte. Se dedicó de lleno a su negocio, y en unos tres años había prosperado bastante. Con esos nuevos recursos decidió investigar la suerte que había corrido su amada. Contrató los servicios de un detective privado para que averiguara lo que pudiera acerca de su esposa desaparecida. El detective descubrió que una joven con el rostro desfigurado por cicatrices había sido rescatada, así que se dio a la tarea de encontrarla. Por fin la halló en una casa a pocas cuadras de la fábrica de Phillips, donde había estado trabajando como empleada doméstica. No había duda: era la esposa de Phillips. La desdichada mujer había aceptado ese empleo porque sabía que así podría, aunque fuera a distancia, ver al hombre a quien amaba tanto.
Después de derramar muchas lágrimas, se vieron otra vez cara a cara.
-¿Por qué te escondiste, mi amor? -le preguntó Carlos.
-Por estas cicatrices -respondió sencillamente ella.
-¿No sabías que estaba loco por verte? -insistió él.
-Es que no soportaba que me vieras así -contestó cabizbaja-. Pensé que sería muy grande tu desilusión.
La esposa de Carlos Phillips ignoraba que el amor de su esposo no era superficial. La pobre mujer se imaginaba que era como el amor de los demás hombres que ella había conocido. No contempló la posibilidad de que fuera un amor incondicional, y por lo tanto divino, ya que así es el amor de Dios. Aunque hasta ahora no se nos haya ocurrido, muchos de nosotros somos iguales que ella. Pues así como ella ignoraba que era incondicional el amor del hombre con quien se había casado, también muchos ignoramos lo incondicional que es el amor del Dios-hombre, Jesucristo, que nos ama como a una esposa.
Al igual que las quemaduras en el cuerpo de la esposa de Phillips, el pecado ha dejado cicatrices en nuestra vida, cicatrices que sin duda nos traen vergüenza. Pero Cristo nos aseguró que vino al mundo a buscar y a salvar lo que se había perdido, pues no son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. Nuestro pasado no lo espanta ni lo confunde. Su amor es más profundo que las cicatrices de nuestro pecado. Dejemos, pues, de tratar de ocultárselas. De todos modos, a Él no se le puede ocultar nada. Corramos más bien a su encuentro. Cristo ve mucho más allá de nuestras cicatrices, y anhela vernos tal como somos, hasta el punto de haber dado su vida para que eso sea posible.
SEMANA 21:  «LA MAMA MAS MALA DEL MUNDO»

Nosotros tuvimos la mamá más mala del mundo, mientras otros niños comían lo que querían, nosotros teníamos que desayunar cereal, huevos, leche y pan tostado. Cuando otros niños tomaban muchos refrescos y comían sin cesar dulces, pasteles y muchas botanas, nosotros teníamos que comer frijoles, aguas frescas, verduras, carne y pescado.
Cuando fuimos creciendo se hizo más mala, nuestra madre insistía en saber donde estabamos, parecía que estabamos encarcelados. Tenia que saber quienes eran nuestros amigos o con quien andábamos y lo que estábamos haciendo a cada instante. Nos insistía mucho en que si decíamos que nos íbamos a tardar una hora en algo o en algún lugar, debíamos tardarnos solamente una hora.
Pero siguió siendo cada vez más mala. Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper la ley federal del trabajo de los niños. Nos enseñó a lavar nuestros trastes, tendíamos nuestras camas, barríamos y trapeábamos nuestra recamara, lavábamos nuestra ropa, nos mandaba a la tienda de la esquina a que le hiciéramos mandados y aprendimos cosas muy crueles como cocinar y otras que de plano no queremos recordar. Nos parece que se quedaba despierta toda la noche pensando que podía hacernos al día siguiente para molestarnos.
Cuando llegamos a la adolescencia fue más sabia y nuestras vidas se hicieron más terribles. Siempre insistía en que dijéramos la verdad y que le tuviéramos confianza. Nadie nos podía chiflar o tocar el claxon para que nosotros saliéramos corriendo, pues nuestros amigos tenían que tocar la puerta de nuestra casa y preguntar por nosotros. Se convirtió en una metiche total; quería que le informáramos el nombre de cada amigo; quienes eran sus padres, a que se dedicaba nuestro amigo y sus padres donde vivían; a que escuela asistía nuestro amigo y que estudios cursaba y muchas cosas más, sobre todo cuando queríamos ir a alguna fiesta, ya ustedes se han de imaginar. Por eso digo que nuestra madre fue un fracaso completo.
Sin embargo ha pasado el tiempo y ninguno de nosotros ha sido arrestado por vago, ebrio o por tener problemas con drogas. No hemos participado en actos de violencia.
Cada un de nosotros estamos trabajando para lograr un mejor futuro y solo nuestro esfuerzo será lo que nos haga cada día mejor. A nadie podemos culpar de nuestro futuro, cualesquiera que sea, nuestra madre hizo que nos convirtiéramos en adultos educados, respetuosos, honestos y trabajadores.
Ahora que soy madre, estoy educando a mis hijos con las mismas enseñanzas y de la misma manera que mi madre nos educo. Me siento muy orgullosa cuando mis hijos me dicen que soy mala, muy mala madre. Verán, les digo, con el tiempo ustedes le darán gracias a Dios por haber tenido, como yo la tuve, la mamá más mala del mundo.
SEMANA 22:  «DOS HOMBRES»

Dos hombres, ambos enfermos de gravedad, compartían el mismo cuarto 
semi-privado del hospital. A uno de ellos, se le permitía sentarse durante 
una hora por la tarde, para drenar el líquido de sus pulmones. Su cama 
estaba al lado de la única ventana de la habitación. El otro tenía que 
permanecer acostado de espalda todo el tiempo. Conversaban incesantemente 
todo el día y todos los días; hablablan de sus familias, sus hogares, empleos, 
experiencias durante sus servicios militares y sitios visitados durante sus 
vacaciones.
Todas las tardes, cuando el compañnero ubicado al lado de la ventana se 
sentaba, se pasaba el tiempo relatándole a su compañero de cuarto, lo que 
veía por la ventana. Con el tiempo, el compañero acostado de espalda que no 
podía asomarse por la ventana, se desvivía por esos períodos de una hora, 
durante los cuales, se deleitaba con los relatos de las actividades y colores del 
mundo exterior.
La ventana daba a un parque con un bello lago, los patos y cisnes se deslizan 
por el agua, mientras los niños jugaban con sus botecitos a la orilla del lago, los 
enamorados se paseaban de la mano entre las flores multicolores, en un paisaje 
con árboles majestuosos y en la distancia, una bella vista de la Ciudad.
A medida que el señor cerca de la ventana, describía todo esto con detalles 
exquisitos, su compañero cerraba los ojos e imaginaba un cuadro pintoresco.
Una tarde le describió un desfile que pasaba por el hospital y aunque él no pudo 
escuchar la banda, lo pudo ver a traves del ojo de la mente, mientras su compañero 
se lo describía. Pasaron los días y las semanas, y una mañana, la enfermera al 
entrar para el aseo matutino, se encontró con el cuerpo sin vida del señor cerca de 
la ventana, quien habia expirado tranquilamente, durante su sueño; con tristeza, 
avisó para que trasladaran el cuerpo.
Al otro dia, el otro señor, con mucha tristeza pidió que lo trasladaran cerca de la 
ventana, a la enfermera le agradó hacer el cambio y luego de asegurarse que estaba 
cómodo, lo dejó solo. El señor con mucho esfuerzo y dolor, se apoyó en un codo, 
para poder mirar al mundo exterior por primera vez, finalmente, tendría la alegría de 
verlo por si mismo, se esforzó para asomarse por la ventana y lo que vió, fue la pared 
del edificio de junto, confundido y entristecido, le preguntó a la enfermera, que sería 
que lo que animó a su difunto compañero a describir tantas cosas maravillosas fuera 
de la ventana, la enfermera le respondió que el señor era ciego y no podia ver ni 
siquiera la pared de enfrente, ella le dijo: "Quizás solamente deseaba animarlo a 
usted".
Epilogo 
Existe una inmensa alegría en poder alegrar a otros, a pesar de nuestra propia situación. 
La aflicción compartida disminuye la tristeza, pero cuando la alegría es compartida, se 
duplica. Si deseas sentirte próspero, basta con contar aquello que posees y que no se 
puede comprar con el dinero. Se ignora el origen de este relato; este proporciona mucha 
alegria, satisfacción y suerte si se comparte con otras personas.

SEMANA 23:  «PRESENTO MI RENUNCIA»


Por la presente presento mi renuncia a ser adulto.
He decidido aceptar la responsabilidad de tener 6 años nuevamente.
Quiero ir a McDonalds y pensar que es un restaurante de 5 estrellas. Quiero 
navegar barquitos de papel en un estanque y hacer anillos tirando piedras al agua.

Quiero pensar que los dulces es mejor que el dinero, pues se pueden comer. Quiero 
tener un receso y pintar con acuarelas.  Quiero salir comodamente de mi casa sin 
preocuparme como luce mi cabello.

Quiero tener alguien que me arregle y me planche la ropa.  Quiero regresar a mi 
casa a una comida casera y que alguien corte mi carne.

Quiero tomar largos baños y dormir 10 horas todas las noches.  Quiero recostarme a 
la sombra de un viejo roble y  vender limonada con mis amigos en un dia caluroso de 
verano.

Quiero abrazar a mis padres todos los dias y enjugar mis lagrimas en sus hombros. 
Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple. Cuando todo lo que sabia 
eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas; y eso no me molestaba, porque 
no sabia que no sabia y no me preocupaba por no saber.  Cuando todo lo que 
sabia era ser feliz  porque no sabia las cosas que preocupan y molestan.

Quiero pensar que el mundo es justo. Que todo el mundo es honesto y bueno.Quiero 
pensar que todo es posible.

En algun lugar en mi juventud madure y aprendi demasiado.  Aprendi de armas 
nucleares, guerras, prejuicio, hambre y de niños abusados.

Aprendi sobre las mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento, enfermedad, 
dolor y muerte.  Aprendi que tu tienes que limpiar los inodoros.  Aprendi de un 
mundo en el que saben como matar y lo hacen.

Que paso con el tiempo que pensaba que todo el mundo viviria para siempre, 
porque no entendia el concepto de la muerte, excepto cuando perdi a mi mascota.

Quiero volver al tiempo cuando pensaba que lo peor que pasaba era que alguien 
me quitara mi pelota o me escogiera de ultimo para ser su compañero de equipo. 
Cuando no necesitaba lentes para leer.  Oh que bella vida de aquellos años.

Quiero alejarme de las complejidades de la vida y excitarme nuevamente con las 
pequeñas cosas una vez mas.

Quiero regresar a los dias en que la musica era limpia y sana.
Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque 
yo lo era. Quiero volver de nuevo a caminar en la playa  pensando solo en la 
arena entre los dedos de mis pies y la concha mas bonita que pudiera encontrar, 
sin preocuparme por la erosión y la contaminación.

Quiero pasar mis tardes subiendo arboles y montando mi bicicleta hasta llegar 
al parque, sin la preocupacion de que me secuestren.

No preocuparme del tiempo, las deudas, o de donde sacar el dinero para arreglar 
el carro.  Solo pensar en que voy a ser cuando sea grande, sin la preocupacion 
de lograrlo o no.

Quiero vivir simple, nuevamente.  No quiero que mis dias sean de computadoras 
que se inhiben, de la montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes, 
ni de como sobrevivir unos dias mas al mes, cuando ya no queda dinero en la 
chequera.

No quiero que mis dias sean de facturas de medicos o medicinas.  No quiero que 
mis dias sean de chismes, enfermedades y la perdida de seres queridos.

Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apreton de manos, de la 
palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, de los sueños, de la 
imaginacion.

Quiero creer en la raza humana y quiero volver a dibujar muñecos en la arena .......
Quiero volver a mis 6 años nuevamente ........

SEMANA 24:  «POR EL SABOR DE LA SALSA»


Preparó la fiesta amorosamente, como todos los años. Janice Wynn, de veintisiete años, casada y con dos hijos, se esmeró en el menú tradicional. Era el Día de Acción de Gracias, y quería halagar a su esposo, Mark.
Pero algo le salió mal en la cena. La salsa era demasiado dulce para la carne. Se enojó el esposo. Comenzó la discusión, y subió de tono, y todo terminó a las doce de la noche en que Mark Wynn mató a su esposa dándole quince golpes con una pala.
¡Qué peligro hay siempre en las discusiones entre esposos! Peligro porque uno nunca sabe, cuando empieza una discusión, las consecuencias que puede tener. La ira homicida se enciende pronto cuando es atizada por viejos resentimientos y rencores nunca solucionados.
Muchas veces la crónica policiaca, que da cuenta de un drama familiar, dice que el hecho ocurrió «por asuntos de poca importancia». Pero esos «asuntos de poca importancia» desencadenan la tormenta que se ha venido gestando desde mucho antes.
En la mayoría de los hogares se hace limpieza todos los días. Pero de vez en cuando, cada quince días o cada mes, hay que hacer una limpieza a fondo. Lo mismo debe hacerse en el matrimonio.
Las parejas debieran acostumbrarse a hacerse una limpieza diaria. Cada noche, al ir a la cama, pudiera haber un tiempo de conversación en que ambos, esposo y esposa, de buen modo y en calma, se presenten sus quejas mutuas.
Además, de vez en cuando debe haber una limpieza general, una conversación profunda, seria, formal, donde ambos, con el mejor espíritu, se digan todo lo que tienen que decirse. Si hay que pedir perdón, que se pida. Si hay que prodigar alabanzas, que se prodiguen. Y si hay que abrazarse y besarse, que se abracen y se besen. Eso limpia y purifica el matrimonio.
Pudiera añadirse algo más: Cuando invitamos a Cristo a ser el Señor de nuestro matrimonio, la limpieza llega a ser perfecta.
SEMANA 25:  «LA CAJA DE BESOS»
La historia va asi ...
Hace ya un tiempo, un hombre castigó a su pequeña hija de 3 años por 
desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado.
El dinero era escaso en esos días por lo que explotó en furia, cuando vió a la 
niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de Navidad.
Más sin embargo, la niña le llevó el regalo a su padre la mañana siguiente y dijo: 
-" Esto es para ti, Papito ".
El se sintió avergonzado de su reacción de furia, pero, volvió a explotar cuando 
vió que la caja estaba vacía.  Le volvió a gritar diciendo: 
-¿Que no sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber 
algo adentro?
La pequeñita volteó hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo: 
¡Oh, Papito, no esta vacía, yo soplé besos adentro de la caja.  Todos para ti, Papi!
El padre se sintió morir; puso sus brazos alrededor de su hija y le suplicó que lo 
perdonara.
Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y 
siempre que se sentía derrumbado, tomaba de la caja un beso imaginario y 
recordaba el amor que su hija habia puesto ahí.
En una forma muy sensible, cada uno de nosotros humanos hemos recibido un 
recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos, 
familia o de Dios. Nadie podria tener una propiedad o posesión más hermosa 
que ésta.

SEMANA 26:  «MEDIA COBIJA»


Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa, durante largos años 
había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo 
era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, 
ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.
A los 70 años Don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo 
y lleno de recuerdos.

Esperaba que su hijo, brillante profesionista, le ofreciera su apoyo y comprensión, 
pero veía pasar los días sin que este apareciera y decidió por primera vez en su 
vida pedir un favor a su hijo. Don Roque toco la puerta de la casa donde vivía su 
hijo con su familia. Hola papá!  -Que milagro que vienes por aquí!

Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy 
cansado y viejo.

Pues a nosotros, nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que esta 
es tu casa.

Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo.
Entonces, no te molestaría que me quedara a vivir con ustedes? -Me siento tan solo!.
Quedarte a vivir aqui?, si.....  claro...... pero no se si estarías a gusto, tu 
sabes, la casa es chica mi esposa es muy especial..... y luego los niños....

Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mí, 
alguien me tendera la mano.

No padre no es eso, solo que.... no se me ocurre donde podrías dormir.
No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían.... o 
solo que no te moleste dormir en el patio?

Dormir en el patio está bien.
El hijo de Don Roque llamó a su hijo Luis de 12 años. Dime papá.
Mira tu abuelo se quedara a vivir con nosotros. Tráele una cobija para que se 
tape en la noche.

Si con gusto..... y donde va a dormir? En el patio, no quiere que nos incomodemos 
por su culpa.

Luis subió por la cobija, tomó unas tijeras y la cortó en dos. En ese momento llegó 
su padre.

Que haces Luis?  Por que cortas la manta de tu abuelo?
Sabes papá, estaba pensando.....
Pensando en qué? En guardar la mitad de la cobija para cuando tú seas viejo y 
vayas a vivir a mi casa....

(Un padre mantiene a diez hijos, pero diez hijos no mantienen a un padre)

SEMANA 27:  «LOS TRES ANCIANOS»


Una  mujer salio de su casa y vió a tres ancianos con largas barbas blancas sentados al frente de su casa. No los reconoció.
Dijo "creo que no los conozco pero deben de estar hambrientos !!, por favor entren y tengan algo de comer".
"Está el hombre de la casa dentro?" preguntaron. "No", dijo ella. El está fuera. Entonces no podemos entrar, replicaron.
Al anochecer cuando su esposo llegó a casa, le contó lo que había ocurrido. "Ve a decirles que estoy en casa e invítalos a entrar".
La mujer salió e invitó a los hombres a entrar.
"Nosotros no entramos a la casa juntos", replicaron. ¿Por qué?, quería saber ella.
Uno de los ancianos explicó: "su nombre es ABUNDANCIA", dijo señalando a uno de sus amigos, y luego dijo señalando al otro, "el es EXITO y yo soy AMOR".
Luego agregó, ahora entra a tu casa y conversa con tu esposo sobre a cual de nosotros quiere en su casa.
La mujer fue y le contó a su esposo lo que le habia dicho.  Su esposo estaba encantado, ¡que bonito!, dijo. Ya que este es el caso invitemos a la ABUNDANCIA, déjalo entrar y que llene nuestra casa de ABUNDANCIA.
Su esposa no estaba de acuerdo. "¿Querido por qué no invitamos a EXITO?"  Su nuera estaba escuchando desde el otro lado de la casa. Saltó con su propia sugerencia: "¿No sería mejor invitar a AMOR, nuestra casa se llenaria de AMOR.?"
Escuchemos el consejo de nuestra nuera dijo el esposo a su esposa. Ve e invita a AMOR para que sea nuestro invitado.
La mujer salió y le preguntó a los tres ancianos, ¿ quien de ustedes es AMOR?, por favor entre y sea nuestro invitado.
AMOR se levantó y empezó a caminar hacia la casa. Los otros 2 se pararon y  lo siguieron.
Sorprendida, la señora le pregunto a ABUNDANCIA y a EXITO; solo invité a AMOR, ¿ porqué vienen ustedes?.
Los ancianos replicaron juntos "si tu hubieras invitado a ABUNDANCIA o a EXITO, los otros dos de nosotros nos hubieramos quedado afuera, pero como invitaste a AMOR, a dondequiera que el vaya vamos nosotros con él.
Donde quiera que haya AMOR hay también ABUNDANCIA y EXITO.

SEMANA 28:  «¿ESTABA ESCRITO EN LAS ESTRELLAS?»


Durante nueve años luchó contra la leucemia. Fueron nueve años de esperanzas y frustraciones, de triunfos a medias y fracasos completos. Pero al fin Elisabet Anzani, niña de trece años de Pioltello, Italia, salió triunfante. Los médicos la declararon sana.
Luego hizo un corto viaje, un corto viaje en auto, en que sus felices padres, Pietro y Carmelina, la sacaron del hospital para llevarla a casa. Fue un corto viaje porque chocaron de frente contra otro auto a las pocas cuadras, y murió la pequeña Elisabet.
«Estaba escrito en las estrellas que Elisabet no tenía que vivir», dijeron los parientes.
Aun con todo lo asombroso y pasmoso de este caso, no podemos decir que la muerte de Elisabet «estaba escrita en las estrellas». Todas las aseveraciones de la astrología son infundadas e indemostrables.
Habrá sido casualidad, una casualidad muy dolorosa; pero sólo casualidad. Habrá sido imprevisión y error humano, que provoca tantos accidentes, agravado por las circunstancias; pero nada más que error humano. Nada de destino escrito o influencia de los astros.
Cuatro fuerzas distintas actúan en el mundo. Una es la fuerza del azar, de la casualidad, que es una fuerza ciega, sin corazón, sin conciencia.
Otra es la ley de la siembra y la cosecha. Es cuando las cosas que ocurren son el producto de las acciones humanas.
Otra es la fuerza de Satanás. La Biblia dice que «el diablo ronda como león rugiente buscando a quién devorar» 
Luego está la fuerza de Dios que, aunque no interviene en la voluntad humana, busca el bien para todo el que cree en Él.
El azar es ciego. El ser humano es débil. Satanás destruye. Dios salva.
SEMANA 29:  «CANSADO»

Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos 
los días.  Llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la comida para cenar.

Voy a entrar al baño y mi hija de apenas un año y medio no me deja porque quiere 
jugar conmigo, no entiende que estoy cansado. Mi padre también me molesta algunas 
veces y entre patrones, clientes, esposa, hija, padre, me vuelven loco, quiero paz.

Lo único bueno es el sueño, al cerrar mis ojos siento un gran alivio de olvidarme de 
todo y de todos.

- Hola, vengo por ti.-
¿Quién eres tú? ¿Cómo entraste?
- Me manda Dios por ti. Dice que escuchó tus quejas y tienes razón, es hora de 
descansar.-

Eso no es posible, para eso tendría que estar...
- Así es, si lo estás, ya no te preocuparás por ver a las mismas gentes, ni de aguantar 
a tu esposa con su guisos, ni a tu pequeña hija que te moleste, ni escucharás los 
consejos de tu padre.-

Pero...que va a pasar con todo ?? ¿¿con mi trabajo ??
- No te preocupes, en tu empresa ya contrataron a otra persona para ocupar tu puesto 
y por cierto, esta muy feliz por que no tenía trabajo.-

¿¿Y mi esposa y mi bebé ??- A tu esposa le fue dado un buen hombre que la quiere, 
respeta y admira por sus cualidades y acepta con gusto todos sus guisos sin reclamarle 
nada. Y además, se preocupa por tu hija y la quiere como si fuera suya y por muy cansado 
que siempre llegue del trabajo, le dedica tiempo para jugar con ella y son muy felices.

- No, no puedo estar muerto.- Lo siento, la decisión ya fue tomada.
- Pero...eso significa que jamás volveré a besar la mejillita de mi bebé, ni a decirle te amo 
a mi esposa, ni darle un abrazo a mi padre.  ¡NO, NO QUIERO MORIR, QUIERO VIVIR!, 
envejecer junto a mi esposa, ¡NO QUIERO MORIR TODAVIA....!

- Pero es lo que querías, descansar, ahora ya tienes tu descanso eterno, duerme para 
SIEMPRE.

- NO, NO QUIERO, NO QUIERO, POR FAVOR DIOS....!!!!
-¿Qué te pasa amor?, ¿tienes una pesadilla?,- dijo mi esposa despertándome.
- No, no fue una pesadilla, fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi bebé, de mi familia, de todo lo que Dios creó. ¿Sabes?, estando muerto ya nada puedes hacer y estando vivo 
puedes disfrutarlo todo.

¡QUE BELLO ES VIVIR PARA PODER SERVIR A MIS SEMEJANTES!!!!

SEMANA 30:  «EL CAPULLO»


Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder 
ver a la mariposa cuando saliera del capullo. Un día vio que había un pequeño 
orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa 
luchaba por abrirlo mas grande y poder salir. El hombre vio que forcejeaba 
duramente para poder pasar su cuerpo a traves del pequeño agujero, hasta que 
llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente 
no progresaba en su intento. Pareció que se había atascado.

Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña 
tijera cortó al lado del agujero para hacerlo mas grande y ahi fue que por fin la 
mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo al salir la mariposa tenía el cuerpo muy 
hinchado y unas alas pequeñas y dobladas. El hombre continuó observando, pues 
esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente 
para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna 
de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos 
con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura 
del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la 
forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para 
que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar. Libertad y el volar solamente 
podrán llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada 
su salud.

Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si Dios nos permitiese 
progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podriamos 
crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido. Cuanta verdad hay en esto! Cuantas 
veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras 
y recortando el esfuerzo para poder ser libres. Necesitamos recordar que nunca recibimos 
mas de lo que podemos soportar y que a traves de nuestros esfuerzos y caídas, somos 
fortalecidos, asi como el oro es refinado con el fuego. Nunca permitamos que las cosas que 
no podemos tener, o que no tenemos, o que no debemos tener, interrumpan nuestro gozo 
de las cosas que tenemos y podemos tener. No pensemos ni nos enfoquemos en lo que no 
tenemos, disfrutemos cada instante de cada día por lo que tenemos y nos ha sido dado.

SEMANA 31:  «LA VIDA Y EL BUSCAMINAS»


Muchas veces me pongo a pensar... y pasa por mi mente... ¿has jugado alguna ves al busca mina? quizá deba interesarte el porqué de mi pregunta... es que muchas veces he comparado a la vida con este simple juego...

Si...pensamos es prácticamente lo mismo... primero seremos principiantes... Tendremos a nuestro alrededor pocas personas, pocas metas que cumplir y por lo tanto pocas minas, también tenemos un tiempo... que para que nos sea útil debemos observarlo y superarlo cada vez que lo volvamos a intentar...
Primero, debemos agrandar nuestros horizontes abriéndonos hacia nuestros costados de la mejor manera que podamos hacerlo... si comparáramos a cada numerito que allí aparecen con una persona... encontraríamos aquellos que nos ayuda a seguir nuestro camino, a evitar las minas de la vida y a protegernos,... también encontraremos aquellos que nos confunden y nos dejan pensando... en algunos explotaremos y debemos volver a empezar... muchas veces no sabremos que camino debemos seguir... que casillero pisar... y el único aliento que nos queda es nuestro propio Instinto... porque no habrá numerito que pueda ayudarnos. Quizás erremos el camino... y de nuevo al comienzo...quizá no lo erremos... y debamos continuar con la mayor cautela posible... pero sin miedo a equivocarnos, porque siempre habrá otra oportunidad.
A medida que crezcamos ocuparemos nuevos lugares... seremos intermedios con un poco de experiencia pero siempre presente a nuestros ojos dos posibilidades: ganar o perder. Conoceremos nuevas personas... nuevos y mas obstáculos se presentaran en el Camino. Mas adelante seremos expertos... una tarea difícil de concretar... a la cual llegaremos si mantenemos la esperanza y confiamos en nosotros mismos. Quizás no seamos expertos en nuestras vidas... pero aumentaran las ganas se continuar hasta el final.
Al sumarse minas, se sumaran los problemas... deberemos ocupar mas tiempo y pensar bien nuestros movimientos... con cada casillero deberemos pensar distinto... pues no todos nos llevaran a la misma conclusión.
Vida, debemos entregar todo de nosotros mismos: paciencia, confianza, fe, esperanza, ganas, tiempo y fuerzas para seguir adelante. Muchas veces ganaremos y llenaremos de lagrimas nuestros ojos de tanta felicidad... otras veces perderemos y las lagrimas caerán sin llamarlas... por eso te propongo que tomes tu vida con amor y paciencia, con dedicación y tiempo, porque no es solo un juego para ganar, también lo es para disfrutar...cada vez que caigas vuélvete a levantar, y vuelve a comenzar, pero abre bien tus ojos que algunas cosas pueden confundirte, tu sabes donde debes apoyarte, y que camino debes seguir... y cuando no lo sepas recuerda que a veces el tiempo es la mejor respuesta.
Y nunca olvides que si perseveras, ganarás.

SEMANA 32:  «LA PIPA DE LA PAZ»


Sentados en semicírculo, debajo de una carpa blanca, de frente al sol naciente, y en medio de un bosquecillo de altos pinos, los caciques de tres tribus utes y dos comanches fumaron la pipa de la paz. Eso ocurría en el estado de Colorado, Estados Unidos.
Los caciques firmaron así un tratado de paz que había comenzado a considerarse cien años atrás, cuando las tribus guerreras de los comanches y los utes habían decidido hacer la paz entre ellos.
En aquel entonces un disparo de rifle, hecho por un indio desconocido, había dado al traste con todas las negociaciones, y se había desatado otra vez la guerra entre las tribus.
Después de un siglo, y tras haber pasado por cambios impresionantes en la situación mundial, y cuando ha dado un extraordinario vuelco la historia de los indígenas de América, los caciques culminan el tratado y fuman juntos la pipa tradicional, la pipa de la paz.
Aunque no fumo, creo que fumaría una pipa de la paz si con eso pudiera sellar la paz entre los hombres. Fumaría una pipa de la paz entre esposo y esposa, peleados y distanciados por no ser comprensivos y tolerantes. Solamente la amistad y el amor recíproco hacen la felicidad de cualquier pareja. Parejas felices crean hogares felices y éstos, a su vez, sociedades felices.
Fumaría una pipa de la paz entre padres e hijos. Fumaría una pipa de la paz entre hermanos y hermanas. Fumaría una pipa de la paz entre jefes y empleados, fumaría una pipa de la paz entre religiones, entre naciones y entre reinos. Fumaría una pipa de la paz entre todos los grupos humanos que están peleados, enemistados y distanciados por cualquier causa que sea.
Pero no hace falta que yo ni nadie fume una pipa de la paz para tener paz en el mundo. No es la pipa la que hace la paz.
Sí puede haber paz en el mundo, pero solamente cuando Jesucristo reina en nuestra vida. Cristo es quien hace la paz de cada ser humano, en primer lugar con Dios y después con los demás seres humanos. Sólo cuando el hombre alcanza la paz con Dios puede comenzar a establecer la paz con el prójimo.
Entreguemos nuestra voluntad, nuestro corazón, toda nuestra vida a Cristo. Ese es el punto de partida de toda reconciliación y de toda paz. Invitemos a Cristo a que sea el Rey de nuestra vida. Él desea que seamos libres de luchas y conflictos, y que tengamos paz.

SEMANA 33:  «DISFRUTA TU CAFE»


Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor. Pronto la charla de vino en quejas acerca del interminable 'stress' que les producía el trabajo y la vida en general.

El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una selección de tazas de lo más ecléctica: de porcelana, plástico, vidrio, cristal, unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas...

Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco del café recién preparado.

Cuando lo hubieron hecho, el viejo maestro se aclaró la garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo: 'Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas se terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que cada quien prefiere lo mejor para sí mismo. Ésa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al 'stress.' Continuó: 'Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café.

En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos. Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Después se pusieron a mirar las tazas de los demás. Ahora piensen en esto: La vida es el café. Los trabajos, el dinero, la posición social, etc. son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos.

A menudo, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café.

¡Disfruten su café! La gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo sino la que hace lo mejor con lo que tiene; así pues, recuérdenlo: * Vivan de manera sencilla.
* Tengan paz.
* Amen y actúen generosamente.
* Sean solidarios y solícitos
* Hablen con amabilidad.

El resto déjenselo a Dios.
Y recuerden que: la persona más rica no es la que tiene más sino la que necesita menos ..... DISFRUTA TU CAFÉ............

SEMANA 34:  «CAMBIA TU VIDA»


No tengas miedo a cambiar tu Vida...
Hay un punto en tu vida, en el que te das cuenta: quién importa, quién nunca importó, quién no importa más, y quién siempre importará...
De modo que no te preocupes por la gente de tu pasado, hay una razón por la que no estarán en tu futuro...
UNO. Dale a la gente más de lo que esperan recibir y hazlo con alegría.
DOS. Cásate con un hombre/mujer con quien te guste platicar. Conforme envejeces tu sentido por conversar se enriquecerá como cualquier otro.
TRES. No creas todo lo que oyes, no te gastes todo lo que tienes y no duermas todo lo que quieres.
CUATRO. Cuando digas 'Te amo', dilo con un profundo sentimiento.
CINCO. Cuando digas 'Lo siento' mira a la persona a los ojos.
SEIS. Estáte comprometido por lo menos seis meses antes de casarte.
SIETE. Cree en el amor a primera vista.
OCHO. Nunca te rías de los sueños de los demás. Las personas que no tienen sueños, no tienen mucho.
NUEVE. Ama profunda y apasionadamente. Puedes salir herido, pero es la única manera de vivir la vida plenamente.
DIEZ. En desacuerdos, pelea justamente. No digas nombres.
ONCE. No juzgues a la gente por sus familiares.
DOCE. Habla con calma y piensa rápido.
TRECE. Cuando alguien te hace una pregunta que tu no deseas contestar, sonríe y pregúntale 'Porque quiere saber eso?'.
CATORCE. Recuerda que un gran amor y grandes retos siempre envuelven un gran riesgo.
QUINCE.  Di 'Salud' cuando oigas a alguien estornudar.
DIECISEIS. Cuando pierdas, no pierdas la lección.
DIECISIETE. Recuerda las tres Rs: Respeto por ti mismo; Respeto por los demás y Responsabilidad por todos tus actos.
DIECIOCHO. No permitas que una pequeña disputa lastime una gran amistad.
DIECINUEVE. Cuando te des cuenta que has cometido un error, toma inmediatamente acciones para corregirlo.
VEINTE. Acuéstate en paz con Dios cada día, arrepentido por los pecados cometidos.

SEMANA 35:  «LEYENDA JAPONESA»


Hace mucho tiempo, una joven llamada Lili se casó y fue a vivir con su marido y su suegra. Después de algunos días, no se entendía con ella. Sus personalidades eran muy diferentes y Lili fue irritándose con los hábitos de la suegra, que frecuentemente la criticaba. Los meses pasaron y Lili y su suegra cada vez discutían y peleaban más.
De acuerdo con una antigua tradición japonesa, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo. Lili, no soportando más vivir con la suegra, decidió visitar a un amigo de su padre para que le ayudara a deshacerse de su suegra. Después de oírla, éste tomó un paquete de hierbas y le dijo:
 - "Estas hierbas lentamente irán envenenado a tu suegra, pero no deberás usarlas de una sola vez para liberarte de ella, porque ello causaría sospechas. Cada dos días, pondrás un poco de estas hierbas en su comida. Ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable. No discutas con ella, mejor ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda tienes que escucharme y seguir todas mis instrucciones".
 Lili respondió:
 - "Sí, Sr. Huang, haré todo lo que usted me indique".
Lili quedó muy contenta, agradecida con el Sr. Huang y volvió muy apurada a su casa para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra.
Pasaron las semanas y cada dos días, Lili servía una comida especialmente preparada para su suegra. Siempre recordaba lo que el Sr. Huang le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a su suegra y la trataba como si fuese su propia madre.
Después de seis meses, la situación en la casa estaba completamente cambiada. Lili había controlado su temperamento y ya casi no aborrecía a su suegra. En estos meses, no había tenido una sola discusión con ella, y ésta ahora parecía mucho más amable y más fácil de lidiar. Las actitudes de la suegra también habían cambiado y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.
Un día Lili fue nuevamente en procura del Sr. Huang, para pedirle ayuda y le dijo:
- "Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre. No quiero que ella muera por causa del veneno que le di".
El Sr. Huang sonrió y le dijo:
- "Lili, no tienes por qué preocuparte. Tu suegra no ha cambiado, la que cambió fuiste tú. Las hierbas que te di, eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en tu mente, en tu actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que pasaste a darle a ella".

SEMANA 36:  «TODO ERA CLANDESTINO»


Era la temporada navideña. Tiempo de alegría, felicidad y fiesta. Los pobladores de la ciudad de México iban y venían con dinero en la mano. Entraban en las tiendas con su dinero y salían de ellas sin dinero, pero con regalos. El Mercado de la Merced, uno de los más grandes y conocidos de la ciudad, se hallaba repleto de personas. Ese era el tiempo de ganar lo que no se había podido ganar en todo un año.
De pronto se escucharon una serie de estallidos que sembraron el horror, la confusión y el pánico. Varias cajas de petardos y fuegos artificiales se habían incendiado. Pronto todo el edificio y siete edificios más fueron destruidos por las llamas. Más de cincuenta personas murieron en el siniestro.
Al comentar el incidente, el jefe de bomberos dijo: «Todo aquí era clandestino. Los petardos y cohetes se vendían ilegalmente. Los compradores tenían que hacerlos a escondidas. Nada de esto había sido aprobado. Todo era clandestino.»
He aquí una frase oficial que queda flotando sobre la desgracia que afectó a tantas familias mexicanas. «Todo aquí era clandestino. Todo era ilícito.» El tremendo desastre se debió a que ni la tienda en cuestión ni las personas observaron reglas legales.
Puede definirse la vida de muchas personas como lo hizo el jefe de bomberos: «Todo es clandestino; todo es ilícito.»
Es clandestino o ilícito tener otra mujer además de la propia. Es clandestino e ilícito el tráfico de drogas. Es clandestino e ilícito estafar, chantajear, contrabandear, engañar, mentir, asesinar.
Cuando se vive clandestinamente no puede haber paz interior. Cuando se vive en la clandestinidad no puede haber desarrollo ni prosperidad espiritual y moral. Además, al vivir toda la vida ilegal y clandestinamente, se muere de la misma manera, para perderse para siempre en el mar del olvido.
Nadie puede vivir quebrantando leyes morales, leyes que Dios mismo dio a la humanidad, sin sufrir las consecuencias. El apóstol Pablo lo dijo con claridad meridiana: «No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra» (Gálatas 6:7).
¿Cómo vivir de una manera lícita? Haciendo de Cristo el Señor de nuestra vida. Poniéndolo a Él como centro de nuestra atención. Viviendo según sus principios bíblicos. Roguemos a Dios hoy mismo que nos ayude. Él es nuestra única esperanza.
SEMANA 37:  «LA CONFESIÓN DEL CÓNDOR»

La selección chilena jugaba el partido decisivo para ir al mundial de Italia. No valía el empate. Tenían que ganarle al Brasil, en el Maracaná.
El ambiente estaba tenso. Más de 130.000 espectadores habían colmado las graderías del inmenso estadio. Cuando se entonó el himno nacional de Chile, las rechiflas y los gritos de los aficionados impidieron que se oyera.
«Otra vez Brasil al ataque. 17 minutos de juego. Dunga tiene la pelota. Dunga avanza con velocidad. Dunga no levanta la cabeza. Dunga centra la pelota y Careca conecta de cabeza. La pelota con violencia va hacia la portería chilena. Las tribunas se levantan, preparando el grito de gol, que Rojas, con un vuelo espectacular, ahoga. Tiro de esquina.
»Dunga al ataque. Cabecea dentro del área chica. Muchos cantan "¡gol!", pero Rojas está inspirado. Otra magnífica intervención. "El Cóndor" vuelve a volar y saca la pelota al tiro de esquina.»
No importaba. Brasil sólo tenía que mantener el empate. Era lo único que necesitaban para ir a Italia.
En las gradas de ese monstruoso estadio se encontraba una empleada de "Light", la compañía de electricidad de Río de Janeiro. Alguien le había entregado una bolsa de plástico con dos luces de bengala. Durante el primer tiempo, que terminó empatado sin goles, ella se había olvidado de la bolsa. Pero al inicio del segundo tiempo, después del gol de Careca del Brasil, sacó la bengala, leyó las instrucciones, apuntó hacia el cielo y tiró la cuerda.
Silbando, la luz de bengala cayó sobre la cancha, a escasos metros de «El Cóndor». Rojas se llevó las manos a la cara y el juego se interrumpió. Era el minuto 68 con 44 segundos de juego.
«El Cóndor» estaba herido, en la grama frente al arco. El humo de la pólvora cubría en una nube de confusión el incidente. En cuestión de instantes llegó una camilla que se llevó hacia los vestuarios al arquero con el rostro completamente ensangrentado.
Los dirigentes de la Federación Internacional de Fútbol descubrieron -porque las cámaras no mienten- que Rojas había aprovechado el momento para cortarse la frente con un bisturí que se había metido en el guante, y le aplicaron la pena capital del fútbol profesional; es decir, lo sancionaron de por vida. Pero pasaron diez meses antes de que «El Cóndor» confesara su culpa. El fútbol para él lo había sido todo.
¿Qué podemos aprender nosotros de «El Cóndor»? En su autobiografía titulada "El Cóndor herido", que escribió con Sonia Vengoechea e Ítalo Frígoli, nos da a entender que, sea cual sea nuestra justificación, tarde o temprano más vale que confesemos nuestra culpa, si es que queremos librarnos de ese peso que llevamos adentro.  «Mi problema era con mi conciencia y mi paz interior», reconoció Rojas. Él ya se lo había confesado todo a Dios y a su familia, en privado. Pero Dios le mostró el camino de la confesión pública, y eso -según «El Cóndor»- «era lo único que valía». 
SEMANA 38:  «MAS DE UNA CARCEL»

Se abrieron las puertas de la cárcel en Cartagena, Colombia, para darle entrada a Anita Ríos. Había matado a su esposo Ricardo de una certera puñalada por causa de infidelidad. Eso fue en 1948.
Las puertas de esa misma cárcel se abrieron otra vez en 1989 para dejar salir a Anita Ríos. Había pasado cuarenta y un años en prisión. Salió caminando con la ayuda de su nieta Carmela Muñiz -su nieta y dos bastones-, ya que ahora tenía ciento dos años de edad.
Durante veintiséis años fue bibliotecaria de la cárcel. Siempre observó buena conducta. Por eso, y por sus canas, le redujeron la pena. Pero cuando salió del largo encierro dijo: «No estoy arrepentida de haber matado a mi marido.»
Quiere decir que esta anciana centenaria necesitaba salir de otras prisiones más, no sólo de las paredes y rejas de la cárcel de Cartagena.
Necesitaba salir de la cárcel del rencor. Todavía, cuarenta y un años después, no perdonaba a su esposo. Necesitaba salir de la cárcel de los recuerdos amargos. Durante cuatro décadas rumió en la cárcel su amargura y su despecho. Unió a la cárcel de hierro y cemento la prisión del rencor que acumuló en el alma. En fin, ella necesitaba, a los ciento dos años y antes de que se le acabara la vida, salir de la cárcel del pecado.
No hace falta estar entre rejas para estar preso. Los vicios dominantes y los sentimientos negativos del alma son una cárcel. El juego, el alcohol, las drogas, las relaciones sexuales ilícitas, son cárceles verdaderas. Los temores, los rencores, las antipatías y los odios son cárceles también. Encierran corazón y alma en un círculo estrecho y miserable de tinieblas.
La actitud más sensata es reconocer que vivimos presos en nuestros problemas y pasiones, y que necesitamos clamar por libertad. Y cuando clamamos, Cristo, el gran Libertador, está dispuesto a liberarnos. Pidamos a Dios con humildad que nos dé libertad de la cárcel más agobiante del mundo, la prisión del pecado.
SEMANA 39:  «¿AMOR EMBOTELLADO?»

Un hombre salió al mercado un día con un montón de botellas. Las botellas eran oscuras. No se podía ver lo que había en ellas. Decía él que contenían cemento para remendar hogares quebrantados, corazones decepcionados, noviazgos rotos, hijos malcriados y toda suerte de calamidad moral. Por fin uno de los que estaban presentes pasó adelante y compró una de las botellas.
Todos los que se encontraban cerca le pidieron que les mostrara lo que contenía. Cuando abrió la botella, vieron que adentro había un papelito. Una vez que lo sacaron, ¡cuál no sería su asombro al ver que el papel tenía una sola palabra escrita en él: amor!
El vendedor sabía que si sus clientes ponían en práctica esa palabrita amor, con el sentido que Dios mismo le imprimió, podrían resolver todos los problemas morales que los acosaban. Sólo que había una pequeña contradicción. Aquel vendedor de amor era un fracaso en su propio hogar. Se había casado y divorciado dos veces, y ahora vivía con la tercera mujer, pero sin estar casado con ella. Tenía hijos que ni siquiera querían reconocerlo como padre. El hombre era una vergüenza en la comunidad. De lo que vendía, él mismo no tenía nada.
Lo cierto es que todos sabemos lo que necesitamos. Sabemos que si hubiera amor y comprensión entre los seres humanos de todas las razas, no habría riñas, ni desconfianza, ni hogares quebrantados, ni hijos abandonados ni descarriados, ni conflictos nacionales ni internacionales. Tampoco habría habido la Segunda Guerra Mundial con sus bombas atómicas, ni guerras bacteriológicas, ni guerras civiles, ni guerras contra el narcotráfico y el terrorismo. Y no colgaría sobre nosotros, como la espada de Damocles, la tercera guerra mundial. Pero si bien es cierto que sabemos lo que necesitamos, es indiscutible que no sabemos cómo conseguirlo.
Esto se debe a que el amor es atributo de Dios, y no podemos tener ese amor divino sin tener también a Dios. ¿Acaso podemos poner en práctica lo que no tenemos? Cuanto más nos alejamos de Dios, más nos alejamos de su amor, que es el único amor que perdura. En cambio, cuanto más nos acercamos a Él, más nos contagiamos de ese amor.
¿Cuál es, entonces, el sentido que Dios le imprimió a la palabra amor? Entrega, sacrificio. Lo hizo cuando su Hijo Jesucristo dijo: «Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos»,  y luego lo llevó a la práctica al morir por nosotros. Ahora nos pide a nosotros que sigamos su ejemplo. «Este es mi mandamiento -nos dice sin rodeos-: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.»  De hacerlo así, sabremos también, por experiencia, por qué en el mismo contexto Cristo dijo: «Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa.» 
SEMANA 40:  «¿PARA QUÉ ME SIRVE TANTA PIEL?»

La cintura de Denny Genz de Illinois, Estados Unidos, fue creciendo y creciendo. Bebía demasiada cerveza, comía demasiados alimentos grasosos y hacía muy poco ejercicio. A los cuarenta y tres años ya pesaba doscientos veinte kilos. Y su cintura tenía una circunferencia de más de metro y medio. «¿Para qué me sirve tanta piel?», se preguntaba con amargura.
Pero un niñito de meses sufrió quemaduras en todo el cuerpo y necesitaba urgentemente un trasplante de piel. Así que Denny donó parte de la suya. Los cirujanos le sacaron una tira de veinticinco centímetros de ancho por metro y medio de largo, y con ella cubrieron el cuerpo en carne viva del niñito. «De algo sirvió mi exceso de piel», dijo Denny mientras convalecía en el hospital.
Dar algo, y darlo de corazón, es siempre un acto de amor. Hay personas que nunca dan nada. Nunca dan para obras de caridad. Nunca dan a los parientes pobres. Nunca dan al mendigo que toca a la puerta o que extiende la mano en la acera de la iglesia. Son personas de las que dice la Biblia que se parecen a sanguijuelas. Su verbo a modo de imperativo es: «Dame, dame» (Proverbios 30:15).
Pero «dar», y no «dame», es el verbo por excelencia de la vida. León Tolstoi relata el caso en que un mendigo harapiento le pidió una limosna. Tolstoi buscó inútilmente una moneda en sus bolsillos. Entonces le dio cordialmente la mano al mendigo. Y éste le dijo: «Gracias, caballero; esto ha sido una bendición para mí.»
El mundo se divide entre los que sólo piensan en sí mismos y los que piensan en los demás, es decir, entre los que viven de su piel para adentro y los que viven conscientes de la piel, muchas veces sufriente, de los demás. «Quien cierra sus oídos al clamor del pobre -dice la Biblia-, llorará también sin que nadie le responda» (Proverbios 21:13). Dios mismo nos dio la clave de la vida cuando amó a toda la humanidad y le dio a su Hijo Jesucristo. Dios, en Cristo, se dio a sí mismo para rescatar y salvar a la humanidad perdida.
¿Cómo se cambia el corazón de egoísta a dadivoso? Haciendo de Cristo el Señor, Salvador y Maestro de nuestra vida.